Entrevista a Juan Ignacio Latorre: “El paro nacional no debería ser la primera instancia de presión”

El Mercurio de Valparaíso, 23 de junio 2022

A través de la lista única “RD para un nuevo Chile”, el senador por la región Juan Ignacio Latorre corre solo en las elecciones internas que se realizarán el próximo 9 y 10 de julio, pensando en ser el nuevo presidente nacional de Revolución Democrática. Si bien es un trámite que deberá ser ratificado por la militancia, el legislador ya piensa en los próximos desafíos -en la gran política y también internos-que tendrá la nueva mesa directiva. Por su parte, desde ya espera contribuir a mejorar las complejas relaciones que su sector viene sosteniendo con el llamado Socialismo Democrático, compuesto por el PS y el PPD, especialmente en un contexto donde el Parlamento es desfavorable y se hace urgente votar proyectos importantes, como el cierre de la fundición Ventanas.

– ¿Cómo se dio lo de la lista única para liderar RD?

Desde que se adelantaron las elecciones internas se me acercaron distintos representantes de los diferentes lotes del partido, con quienes armamos un proyecto de directiva sin pretender construir una lista única. Hubo distintas posibilidades para competir poda directiva, pero, finalmente, no se logró inscribir otra propuesta. Lo de la lista única se dio solo, no hubo un acuerdo político ni exigencia de que era una lista única o nada.

-¿Cuáles van a ser los objetivos, en caso de que la lista sea ratificada?

-Por una parte, recuperar el rol de RD en la incidencia pública, las vocerías, la relación con el Gobierno y el Comité Político de La Moneda, pero también la articulación de una posición de mayor fuerza con el Frente Amplio. Asimismo, pretendemos recomponer las relaciones, que no han sido fáciles hasta ahora, con los partidos del Socialismo Democrático, que es la otra coalición que apoya al Gobierno. Además, tenemos una serie de desafios internos.

-¿Desafíos internos de qué tipo?

-“Tenernos que fortalecer los territorios. Somos un partido nuevo cuyos militantes, al momento de entrar al Gobierno y al Estado, dejaron desfondados la mayoría de los territorios. De ahí que tenemos el desafío de crecer y formar nuevos cuadros políticos. No somos un partido de masas, sino de cuadros y eso implica retornar las escuelas de formación que abandonamos por toda la vorágine electoral. Se nos viene una elección importante en dos años y pretendemos no solo mantener lo que tenemos, sino también crecer en mayor base territorial. Por otro lado, también tenemos que dar la discusión de qué significa ser un partido oficialista que, a su vez, pueda plantear críticas.

-¿Hasta ahora, hubo desajustes entre lo que quiere el partido y las decisiones que toman los militantes que integran el Gobierno?

– Para RD es una experiencia nueva ser partido de Gobierno. Diría que más que desajustes, nos queda como pendiente el definir una estrategia de articulación entre nuestros cuadros que están tomando decisiones en el Ejecutivo, día a día, y el horizonte político-estratégico que tiene el partido.

RELACIÓN CON PS Y PPD

– En el Socialismo Democrático critican que el ministro Jackson no ha sido un buen mediador entre las pretensiones del Ejecutivo y el Parlamento. ¿A usted le tocará cumplir un rol importante para recuperar esa mediación?

– Se han hecho críticas injustas y desmedidas hacia el ministro Jackson, incluso antes de que asumiera, por parte de algunos dirigentes del PS y del PPD, declaraciones que se pasan varios pueblos y que rayan en la descalificación personal. Más allá de una crítica política legítima, hay a ratos descalificaciones que nos parecen preocupantes de parte de dirigentes de partidos que son aliados. A mi entender, al ministro Jackson le achacan el fin del Senado como si fuera el responsable de la decisión que tomó la Convención y eso no contribuye a la relación de colaboración entre ambos conglomerados. Por eso mi objetivo, si se ratifica mi presidencia en RD, será ayudar a articulara ambos sectores.

– ¿cuál es el principal desajuste entre el FA y el Socialismo Democrático?

– Las dos coaliciones tenemos que hacer autocríticas respecto de una mejor coordinación y no mandarnos tantos recados por la prensa, frases grandilocuentes o descalificaciones. Es legítimo que tengamos diferencias, pero hay que procesarlas adecuadamente, en un tono con altura de miras y poniendo el foco en apoyar siempre al presidente.

CIERRE DE VENTANAS

– ¿Qué pasará, finalmente, con el cierre de la fundición Ventanas?

– Lo primero que tengo que decir es que respaldo la decisión que tomó el directorio de Codelco y el propio Gobierno, de cerrar una fundición que aporta el 62% del dióxido de azufre en la zona. En Chile, legalmente, se permite contaminar y por eso los permanentes casos de intoxicación. Hay que marcar un punto de inflexión con respecto a lo que se ha hecho antes, tomando decisiones complejas y que pasan por cerrar algunas empresas. De hecho, deberían venir otros cierres programados de termoeléctricas a carbón. Y las grandes empresas que quedarán van a tener que ponerse las pilas porque habrá mayores estándares medioambientales y mucha más fiscalización.

-¿Quiénes son los responsables de este contexto?

– El Estado y la política son los responsables por no subir los estándares y por subordinar la emergencia ambiental a los intereses de las grandes empresas, públicas o privadas.

– ¿Qué solución se les dará a los trabajadores?

– Será un proceso gradual y el Gobierno ha sido claro en eso. Los trabajadores no van a quedar solos ni queremos repetir los errores que se cometieron con el cierre de las minas del carbón. Los trabajadores podrán contar con una reubicación laboral en la misma compañía y eso se deberá negociar con los sindicatos. Eso sí, lamento mucho el paro nacional por el daño que le genera a la economía chilena.

-¿Aun cuando es una medida de presión legítima?

– Siempre he respetado el derecho a la protesta social, los paros y las huelgas como medida de presión en una negociación, pero eso cuando se agotan todas las instancias de diálogo. El paro nacional no debería ser la primera instancia de presión. Acá recién estamos comenzando un proceso que, además, va a ser gradual. No es que los trabajadores vayan a quedar en la calle. Queremos una transición que sea justa con los trabajadores, pero también con las comunidades. Hay voluntad política real, del Gobierno y de Codelco, para buscar una buena solución a los trabajadores.


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