Congreso discute Estrategia Nacional de Desalinización “El objetivo es que las personas puedan consumir agua de mar”

Las Últimas Noticias, 19 de abril 2021

Actualmente existen en Chile 23 plantas desaladoras. Los parlamentarios deberán determinar si el recurso natural, una vez sometido a este proceso, es de uso público o no.

La senadora Adriana Muñoz (PPD) dice que una de las maneras de enfrentar la sequía que existe en algunas localidades del país -actualmente son 104 comunas declaradas en emergencia hídrica- es por medio de una Estrategia Nacional de Desanilización. Es decir, implementar un plan a lo largo del país para transformar el agua de mar en agua de consumo humano. ‘Lo veo como una nueva fuente para enfrentar la sequía en algunas regiones’, remarca.

El proyecto actualmente se encuentra en la comisión de Recursos Hídricos, Desertificación y Sequía del Senado. Los parlamentarios deben zanjar en el Congreso, entre otros puntos, si acaso el agua desalada es un bien de consumo público o si la sal obtenida en el proceso de desalinización se devolverá al mar o no.

23 plantas desaladoras

‘El objetivo del proyecto es que las personas puedan consumir agua de mar una vez desalinizada. La iniciativa está focalizada en tres objetivos: para consumo humano, doméstico y de saneamiento. Actualmente hay 23 plantas desalinizadoras funcionando a lo largo del país. Son utilizadas principalmente por las mineras en el norte para una función productiva. Esta agua podría ser aprovechada de igual manera para enfrentar la escasez en las localidades’, explica Muñoz, autora de la iniciativa.

‘Las plantas pueden tener un uso minero o un uso agrícola. Pero lo que se propone es que quienes instalen la planta, una vez obtenida la concesión, deben comprometerse a entregar un porcentaje de esa agua al consumo humano’, agrega.

‘Hay plantas en el norte que actualmente ya están entregando agua desalada a las sanitarias. Ya contamos experiencia entonces con este procedimiento. Pero los avances deben estar enfocados también en la sofisticación del proceso porque el agua desalinizada es costosa. Es un proceso caro que requiere inversión de tecnología y electricidad’, añade.

La parlamentaria dice que aún no hay un marco normativo para realizar este tipo de actividad. ‘Se debe determinar los criterios de extracción, uso y comercialización’, plantea.

Uso público

El senador Juan Ignacio Latorre (RD) dice que las negociaciones con el gobierno están focalizadas principalmente en un punto: si acaso el agua de mar desalinizada será considerada un bien de uso público o no.

‘El espíritu del proyecto está focalizado en esto. Para que efectivamente se realice una política de Estado se requiere contar con el apoyo del Ejecutivo en esta materia’, acota.

‘Las desalinizadoras pueden reforzar las labores de los estanques comunitarios o de los camiones aljibes en las localidades con sequía para abastecer de este recurso a las localidades que presenten escasez hídrica’, agrega.

¿Qué se hace con la sal?

En la Estrategia Nacional de Desalinización se debe determinar de igual manera qué se realizará con la sal de mar obtenida de este proceso de desalinización. ‘Estamos integrando justamente a la comunidad científica para que nos expliquen qué impacto ambiental puede tener devolver la sal de mar al océano’, añade Latorre.


Sobre este punto, la bióloga marina Catalina Sapag menciona que ya hay evidencia científica sobre el impacto que ocasionaría realizar esta práctica. ‘La salmuera, que es lo que descargan las plantas desaladoras, es una sustancia cálida y altamente concentrada en sales, por lo tanto, su descarga al mar provoca cambios en la temperatura y la salinidad del medio marino, lo que afecta la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de las especies que viven en él’, explica.

‘Se ha documentado que los organismos que habitan en el fondo marino se ven más afectados ya que la salmuera es más densa que el agua de mar y tiende a extenderse hacia el fondo. Por ejemplo, en un estudio realizado en España se vio que los equinodermos desaparecieron durante los dos primeros años de operación de una planta desaladora; en otro estudio en Corea se vio que aumentó la tasa de mortalidad de una especie de pez que vive asociada al fondo’, agrega Sapag, bióloga marina de Océana, organización internacional encargada de proteger a los océanos en el mundo.


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